Esta es la historia de los habitantes de Somiedo. Personas que en su día día, en sus sueños y sus dramas, conviven con un medio salvaje a la vez que bello.
"Cuando don Pelayo vino a echar los últimos moros de aquí de Somiedo, él vino a caballo. Y en Aguasmestas hay que pasar un puente, pues pasando el puente es Somiedo y pa abajo Miranda, y al pasar el puente y ver aquellas peñas dijo él:
– ¡So, miedo! Y de ahí le quedó Somiedo."
Joaquín Fidalgo, “Xuaco la Roza”, 85 años (1999)
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